En el Día Internacional de la Mujer, le extiendo un cordial saludo a todas las mujeres que realzan la Facultad de Educación con sus diversos aportes, y expreso mi admiración por la ardua tarea que llevan a cabo a pesar de las limitaciones que aún como sociedad persisten.
Un reconocimiento también, para aquellas mujeres que nos han antecedido, dando pasos firmes en estas luchas. Gracias a ellas, hoy la sociedad costarricense se abre al debate internacional abogando por los derechos en igualdad de género para disfrutar cada día de una sociedad con mayor justicia e inclusión social.
A lo largo de la historia, la participación de la mujer en las distintas esferas sociales, se ha caracterizado por una constante lucha en defensa de sus derechos. Mujeres que han levantado la voz para trazar sociedades más inclusivas en igualdad de condiciones, impulsando los cambios necesarios hacia nuevas formas de pensar, convivir, relacionarse e integrarse, y dejar atrás prácticas opresivas de la sociedad, que han establecido vivencias desiguales y discriminatorias entre géneros.
En las últimas décadas se han deconstruido viejas normas hegemónicas, las cuales se vuelven importantes cuando impactan en la cotidianidad de una mayoría que vive fuera de esta –en la otredad– donde sus derechos son abiertamente limitados. En este sentido, urgen cambios que posibiliten el ejercicio pleno de los derechos humanos de las mujeres. Butler (2015), señala que en aquellos espacios donde prevalezca en las estructuras sociales, cambios críticos, profundos y renovadores en todos los campos disciplinares asociados con el poder en cuanto a igualdad de género, es posible incentivar desde la educación nuevas formas en que vemos y nos vemos los seres humanos. Es necesario erradicar en su totalidad discursos discriminatorios de género, que lamentablemente han sido fuertemente permeados y se ajustan a las transformaciones sociales para dar continuidad a un sistemático ejercicio de desigualdad contra las mujeres por una condición de género.
En este contexto, esta Decanatura reconoce el esfuerzo de parte de las mujeres educadoras e investigadoras, así como del equipo administrativo de nuestra Facultad y ratifica su compromiso con la igualdad de género propiciando una sociedad más justa e inclusiva. Se recrimina cualquier manifestación de discriminación, y se manifiesta un compromiso por abogar hacia la lucha permanente que posibilite cambios sociales desde la educación, de manera que las personas gocen de los mismos derechos, los cuales son inalienables e intransferibles.
Les insto a seguir alzando la voz por las mujeres, abrir espacios para dar voz a las que no la tienen aún y reducir cada día en nuestro país la brecha de desigualdad en este campo. El trabajo que llevan a cabo cada una de ustedes es imprescindible, para que nuestras generaciones gocen de una sociedad libre e igualitaria.