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Olimpiada Matemática Costarricense para la Educación Primaria celebra su XX edición

Foto_auditorioVer las matemáticas como una competencia deportiva, elevar el nivel de prestigio social asociado al éxito en matemática y que cada vez más niños y niñas se interesen en participar en esta actividad es parte del objetivo de la Olimpíada Matemática Costarricense para la Educación Primaria (OMCEP), la cual este año llega a su vigésima edición.

El pasado 3 de noviembre fue la última fecha de la Olimpiada, ese día los participantes  tuvieron su competencia en el Colegio Calasanz. Juan Pacheco y Esteban Fallas, estudiantes del colegio Yorkin, fueron los ganadores de las medallas de oro, la premiación se realizó en la Facultad de Educación de la Universidad de Costa Rica.

Se eligió la Facultad de Educación porque la OMCEP nació como un trabajo de graduación de un grupo de alumnas de la Licenciatura en Educación con Énfasis en Matemática y Ciencias.

El Dr. Víctor M. Buján Delgado, Coordinador de OMCEP, explicó que esta Olimpiada es  únicamente para aquellos niños que tienen extraordinario interés, extraordinarias aptitudes, gusto y entusiasmo por la resolución de problemas matemáticos no rutinarios. Dicho de otro modo: las matemáticas son para todos pero las olimpíadas matemáticas son para pocos.

Foto_grupalContrario a lo que muchos podrían pensar, esto no se trata de un examen, es una  actividad de naturaleza deportiva. No tienen que ver con evaluación y medición educativa.  Ni tienen que ver con expertos en evaluación.

Las Olimpiadas están dirigidas a niños y niñas, del Segundo Ciclo de la Educación General Básica, (cuarto, quinto y sexto años), provenientes de escuelas públicas y privadas de las diferentes regiones del país.

Estas Olimpiadas han servido para identificar y dar atención especial a los niños más brillantes en matemáticas del país. Costa Rica cuenta con olimpiadas de matemáticas en distintos niveles de escolaridad, por lo que el estudiantado con el paso del tiempo puede formar parte de diversas justas, e incluso representar al país en olimpíadas internacionales como la Iberoamericana de la OEI y la Olimpíada Mundial.

Bujan enfatiza que es importante incentivar este tipo actividades en los menores por tres razones:

  1. Según investigaciones, y según la experiencia de países desarrollados, la preparación matemática de una persona debería comenzar muy temprano en el nivel preescolar.

  2. Lo aprendido con gusto y con placer durante  los primeros años de la infancia, pasa a ser parte de la naturaleza del ser humano.

  3. Inducir en un niño el placer por la matemática, o por el arte, o por   el estudio en general, reduce la probabilidad de que el niño o el joven adquiera aficiones no deseables.

Estas olimpiadas despiertan gran interés en los menores, al comienzo del año se inscriben cerca de setecientos participantes.  Después de tres vueltas y de tres eliminatorias, quedan unos treinta finalistas que son los que van a participar en la premiación.  Al terminar se entregan cerca de diez medallas simbólicas de oro, plata y bronce.

Los maestros y los padres de familia juegan un papel importante en la preparación de los concursantes. Los docentes fungen como  “delegados de las escuelas participantes”,  y reciben durante el año cuatro sesiones de capacitación por parte del Comité Organizador de OMCEP.  Ellos, a su vez, deben dar entrenamiento a los niños que representan a sus escuelas.

Mientras que los padres acompañan a sus hijos o hijas a las eliminatorias de la olimpíada y a las vueltas del Torneo de OMCEP.  Esta compañía le hace ver al niño que está tomando parte en una actividad de gran importancia para su formación.

Aunque después de 20 años las Olimpiadas han rendido frutos, siempre queda el reto de lograr que participen más escuelas públicas de las distintas regiones del país, y aumentar el porcentaje de niñas que toman parte en la OMCEP.

 

Periodista: Lilliam Mora Vindas
DIVULGACION.FE@ucr.ac.cr