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Prueba FARO sí, pero solo diagnóstica, dicen facultades de educación

Nota Semanario Universidad, 19 mayo, 2021

Aunque las pruebas Faro están suspendidas de momento, por la nueva ola pandémica que azota al país, los estudiantes de undécimo año Elián Jiménez y Stefan Lutz, tienen algo en común: formarán parte de al menos 36 mil educandos de ese nivel que enfrentarán las nuevas pruebas FARO, pospuestas el año pasado.

Vienen de realidades educativas, económicas y sociales muy distintas, pues son parte de la brecha social que divide al sistema educativo nacional, pero ambos comparten sus preocupaciones por la realización de un examen que los medirá por igual, pese a tener una preparación diametralmente diferente; uno en un colegio público y el otro en uno privado.

 

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Estas pruebas, inéditas hasta ahora, llegaron a sustituir a las tradicionales de bachillerato, y se iban a realizar no solo a los alumnos de undécimo año, sino también a los de sexto grado y duodécimo en mayo y junio de este año.

Elián Jiménez, alumno del Liceo Unesco de Pérez Zeledón y presidente del Movimiento Estudiantil de Secundaria (Medse) es tajante al sostener que el Ministerio de Educación Públicas (MEP) debe hacer las pruebas Faro solo como diagnóstico para que “tenga un estudio técnico de la preparación que se tuvo en la virtualidad”.

Si no hay accesibilidad por igual (425 mil menores sin Internet), y siquiera hay un teléfono celular (sin conectividad 322 mil menores) para conectarse, el resultado final de esa prueba será terrible para los alumnos de colegios estatales, dice Jiménez.

“Podríamos decir que aplicarlos de una manera sumativa viene a poner en riesgo a toda la educación costarricense”.

Elián dice que como preparación para las pruebas, el MEP ha abierto diálogos estudiantiles y centros de atención para hacer preguntas y resolver dudas, pero al ser espacios virtuales, únicamente favorece “a quienes sí tienen los medios, frente a los que no”.

La realidad de Stefan Lutz es diferente, ya que estudia en un colegio privado de larga tradición. Allí les han preparado prácticas y videos para las pruebas FARO. Tanto él como sus compañeros no tienen dificultad de conectarse o de acceder a Internet. Stefan se siente confiado en que la preparación para las pruebas ha sido satisfactoria, pese a que sí cree que han tenido poco tiempo para esa labor previa al examen.

“Desde que entramos, matemáticas, español y ciencias han sido muy constantes, con prácticas y videos sobre los temas que nos tocan para FARO en cada materia”, explica este colegial.

En lo que Stefan coincide con Elian es que la evaluación de FARO debe realizarse con un carácter más diagnóstico que sumativo, es decir, que no cuente en la nota final promediada (40% FARO y 60%, notas de colegio) para obtener el título de bachillerato. Y lo resume con estas palabras: “creo que sí, pero con carácter diagnóstico, porque no hemos tenido mucho tiempo y yo creo que el año pasado fue un año en donde no aprendimos mucho”.

 

Plan piloto: Solo diagnóstico

Ambas experiencias narradas por los estudiantes Jiménez y Lutz también forma parte de los criterios que investigadores y académicos de docencia de la Universidad de Costa Rica (UCR) y la Universidad Nacional (UNA), tienen sobre estas evaluaciones de 2021: se deberían aplicar primordialmente con una naturaleza diagnóstica.

El presidente del Consejo Nacional de Rectores (Conare), Francisco González, rector de la UNA y educador, expresó que de mantenerse las pruebas con un componente sumativo (afecta las notas), esto podría traer importantes consecuencias sociales.

“Mantener unas pruebas con el carácter sumativo que tienen podría generar una desventaja social mayor”, aseveró el presidente del Conare.

González, quien formó parte de los investigadores que cuestionan las anteriores evaluaciones de bachillerato, alerta sobre el contexto “absolutamente particular” que atraviesa el país, el cual generó que las clases se impartieran de manera virtual en 2020 y de manera bimodal (virtual y presencial) en lo que va de 2021.

“La conectividad ha sido un elemento que dentro del MEP se ha valorado, y se ha determinado que ha sido uno de los principales factores para generar limitaciones en los aprendizajes”, aseguró.

El presidente del CONARE argumenta que esta situación recrudece las desventajas sociales que existen entre los estudiantes, porque quienes tienen mayores posibilidades económicas al mismo tiempo tienen mayor y mejor acceso en cuanto a conectividad y accesibilidad.

“Que se suavice esa condición estrictamente sumativa y que se reconozca que definitivamente estamos en un contexto muy diferente, y el problema es que la prueba puede acrecentar las diferencias sociales propias de una prueba estandarizada”, sugirió el rector.

Consultado por UNIVERSIDAD sobre si el MEP contempló que al mantenerse las pruebas con carácter sumativo se ahondará en la desigualdad educativa entre lo público y lo privado, el director de Gestión y Evaluación de la Calidad del MEP, Pablo Mena, respondió que la «única» consideración que se realizó para suspender o mantener las pruebas este 2021 fue «la situación de la pandemia».

 

El objetivo es ver el conocimiento

La pregunta que surge en el análisis hecho por académicos es ¿por qué la prueba FARO debe conservar su carácter diagnóstico?.

La primera respuesta la da el propio presidente del Conare: “es importante tener un instrumento que permita un acercamiento a la realidad de los alcances y a los conocimientos de los estudiantes”.

La decana de la Facultad de Educación de la Universidad de Costa Rica (UCR), Magda Sandí, es de la tesis de que estas pruebas deben valorar no solo el éxito o el fracaso de los estudiantes, sino también el papel de los docentes en el proceso de aprendizaje.

“Si estas pruebas son para diagnosticar la situación en cuanto al manejo de conocimientos y habilidades que tienen nuestros estudiantes de primaria y secundaria, para tener una formación de calidad, en ese sentido me parece que las pruebas cumplen su objetivo”, explicó Sandí.

La Decana explicó que aplicar las pruebas de manera sumativa sería no tomar “las más acertadas” decisiones, lo cual llevaría a que se “desvirtúe el objetivo de las pruebas FARO”.

Por el contrario, un carácter diagnóstico permitiría que las universidades estatales coadyuven con la educación pública, al facilitar “procesos de actualización y capacitación para el personal docente” formado en las escuelas de las universidades públicas, y al mismo tiempo generaría un proyecto de acción social que ayude a estudiantes “con algún vacío en la adquisición de conocimientos de las áreas básicas o de las materias básicas”.

Es para ella la oportunidad de hacer un análisis provechoso de cara al futuro de la educación costarricense:

“Esta prueba diagnóstica no debe ser considerada como un instrumento evaluativo o sumativo, sino considerado como un instrumento que nos va a permitir evidenciar situaciones desde el punto de vista cuantitativo, y complementar esos datos con análisis cualitativo. Entonces, si complementamos este análisis cuantitativo con todas estas valoraciones, con todas estas situaciones y factores sociales, económicos, ambientales, geográficos, entre otros, me parece que va a ser sumamente valioso y rico el resultado final de las pruebas”, concluyó.

La directora del Instituto de Investigación en Educación (INIE) de la UCR, Jacqueline García, recalcó que “es importante recordar que la naturaleza de las pruebas FARO es más diagnóstica que evaluativa del proceso de aprendizaje”.

Por eso cree que estas pruebas necesitan ser “pilotadas”, pues actualmente no hay resultados de aplicaciones anteriores: “necesitamos ver cómo funcionan las pruebas y lo que estas persiguen”.

Estima que el MEP debe tener muy claro “cuál es la naturaleza de estas pruebas, para que son y porqué se cambia toda esta idea de bachillerato que tuvimos hasta ahora”.

La razón de ser de este tipo de examen es “dar un diagnóstico, informar y ver el proceso evaluativo en general del estudiante que se gradúa con un título de bachillerato”, por lo cual insiste en la idea de una aplicación piloto para este año.

“Si no se hace un pilotaje de esas pruebas, no sabemos si realmente otorgan la información necesaria que el sistema requiere para pensar en la calidad y, definitivamente, estas pruebas tienen otros espacios, y por eso es muy importante entenderlas”, manifestó.

 

Los resultados son predecibles

La exdecana de la Facultad de Educación; Guiselle Garbanzo, es otra académica convencida de que el proceso debe ser diagnóstico, ya que “se hicieron pensadas en un sistema educativo sin pandemia, lo que ha hecho cambiar por completo el panorama educativo que tenemos hoy”.

Debido a la virtualidad y las huelgas de 2018 y 2019 es evidente que los resultados de estas pruebas FARO van a ser negativos, dijo Garbanzo, por lo cual lo más conveniente es que no tengan un carácter sumativo en 2021 y no así en los años siguientes.

“Es un hecho que los resultados no van a ser positivos”, señaló la académica.

La exdecana recordó que existe “una asimetría importante a nivel país” en el tema de la educación y que esto se arrastra desde antes de la pandemia: “Es lamentable la realidad que está enfrentando nuestro país en el campo de la educación”.

Lo que más cuestiona Garbanzo es la deficiencia que viven los estudiantes de la educación pública en su derecho a acceder a Internet y la imposibilidad de conectarse a sus clases por la vía virtual en un país que se encuentra en un “contexto inédito” y con “un sistema educativo muy golpeado”.

“Estamos bastante tarde de haberle dado una respuesta al país y la pandemia nos está cobrando factura por decisiones que tuvimos que haber tomado hace un tiempo, y no justifica que a nuestros estudiantes no les podamos llegar en acceso, en conectividad a Internet y en dispositivos tecnológicos para llevar a cabo su proceso educativo como corresponde en este momento de la historia”, sentenció.

Días atrás, académicos del Centro de Investigación y Docencia en Educación (CIDE) de la UNA, expresaron su oposición a las pruebas FARO para este año, tras argumentar que toman en cuenta el contexto de los estudiantes y los centros educativos, que los estudiantes tienen vacíos cognitivos y que el MEP no ha explicado correctamente la razón de ser de estas pruebas.

 

NOTA ORIGINAL https://semanariouniversidad.com/universitarias/prueba-faro-si-pero-solo-diagnostica-dicen-facultades-de-educacion