En Costa Rica, desde 1913, se celebra el 1° de mayo como el día del trabajo; movimiento que tuvo su origen en 1889 cuando los congresos obreros internacionales y socialistas instauraron en París, esta fecha como día del trabajo. Gracias al esfuerzo del trabajo el mundo ha caminado en busca del desarrollo social, desde diferentes campos se gestan las grandes obras humanas, que dan paso al bienestar social desde la ciencia, la cultura, la economía y por supuesto la educación, que no siempre sus resultados son de bienestar para toda la población, ese seguirá siendo un reto como especie humana, de manera, que nuestra sociedad cada día cierre las brechas de las desigualdades sociales y se construya una sociedad con cimientos de equidad e inclusión indistintamente de la raza, género, orientación sexual.
Este 1° de mayo de 2020, nos ha correspondido vivirlo dentro de una pandemia mundial, una crisis humanitaria inédita, provocada por el nuevo SARS-COV2, conocido como el COVID-19; emergencia mundial que ha desnudado nuestras estructuras sociales en todas sus dimensiones, con afectaciones importantes sin distinción de edad, condición socioeconómica y posición política. En este panorama, son muchas las personas que han perdido sus trabajos, y su principal fuente para la sobrevivencia, dejando a miles de personas sin trabajo, vemos como los esfuerzos por ayudarnos como raza humana se gestan en diferentes espacios, pero el dolor es grande y hoy más que nunca la solidaridad y la responsabilidad con nuestros actos es la principal herramienta para colaborar, junto a la ciencia, y poder así resolver esta crisis mundial.
Son muchas las fuerzas laborales que han tenido que cambiar su rumbo en todos sus campos, dejando a una sociedad desprotegida, incluso prescindiendo de la educación que como sistema social lo hemos gestado como un derecho universal; derecho que hoy se ve minimizado por las condiciones en que nos ha tocado transformar nuestras formas de trabajo, quedando en evidencia las desigualdades sociales en cuanto al acceso a las plataformas digitales para recibir los procesos educativos, buscando la menor interrupción posible. Son muchos los esfuerzos que en diferentes campos se impulsan. Sin embargo, en este día, en el marco de la celebración del día del trabajo, Quiero resaltar el compromiso con que el personal académico y administrativo de la Facultad de Educación ha liderado en sus distintos espacios según las áreas sustantivas de la Universidad como lo es la Acción Social, la Investigación y la Docencia, todo ello con el objetivo superior de que nuestro estudiantado sea lo menos afectado en sus procesos educativos, y por supuesto, resguardando el bien superior como es la salud de nuestra población universitaria y del país en general.
Ha sido notorio como las cinco Unidades Académicas en que se integra la Facultad de Educación: Escuela de Orientación y Educación Especial, Escuela de Educación Física y Deportes, Escuela de Formación Docente, Escuela de Bibliotecología y Ciencias de la Información y la Escuela de Administración Educativa, todas ellas con el liderazgo de sus directores y directoras, en forma repentina y con responsabilidad desde su formación humanista, que caracteriza a quienes integramos nuestra Alma Mater, supieron que tenían que buscar soluciones rápidas y atinadas para la continuación de los procesos educativos.
Además contamos con un Instituto de Investigaciones de la Educación y un Centro de Investigaciones en el Movimiento Humano que supieron continuar sus proyectos, que nunca tanto como hoy requieren de una Facultad de Educación unida, fuerte, y contundente con su labor. En este panorama de crisis mundial, las repercusiones a las que nos enfrentaremos en un futuro cercano aún son incalculables, pero como Facultad de Educación podemos sentirnos muy honrados, de pertenecer a ella y seguir dando nuestro máximo esfuerzo.
Además, hemos visto como los posgrados también supieron dar sus coordenadas para avanzar en la formación profesional que ofertan, han sido muchos los esfuerzos que como facultad hemos dado, donde se ha invertido tiempo extra sin importar el sacrificio personal y familiar, pero nuestra sociedad lo merece, y podemos sentirnos orgullosos de decir que hemos acudimos a su llamado.
También, deseo referirme en el marco del Día del Trabajo a los equipos profesionales de la Biblioteca de la Facultad de Educación y del Programa de Tecnologías Educativas (PROTEA), que de la noche a la mañana tuvieron que atender el llamado de la emergencia y desarrollaron un equipo multidisciplinario de alto nivel, para que la Facultad de Educación continuara sus labores docentes y administrativas al servicio de la sociedad costarricense. El objetivo principal fue ser unidad de apoyo al personal docente y acompañarles en esta labor, debido a que los roles laborales cambiaron en forma súbita, sin tiempo previo de preparación. Han sido muchas las horas laborales que han tenido que invertir estos equipos de PROTEA y la Biblioteca, pero siempre han tenido un único foco en mente: reorientar sus labores siempre al servicio de los docentes y nuestra comunidad estudiantil.
También, un reconocimiento a nuestro personal administrativo, que han comprendido, que su trabajo es indispensable en este momento, porque en esta crisis se necesita la solidaridad y responsabilidad social de todos. Estoy segura que la historia recordará a esta generación de valientes docentes y administrativos de la Facultad de Educación que quedarán como héroes que sacaron lo mejor de sí, y lograron hacer que la Facultad de Educación fuera un referente una vez más, en el papel que tiene ante la sociedad en la formación de los profesionales en campo de la educación. A lo largo de la historia, y desde su fundación en 1957, la Facultad de Educación ha consolidado nuestra Costa Rica, llevando siempre una renovada fuerza laboral de profesionales capacitados. Nunca olvidar que la educación ha llegado a los distintos rincones del país, que con su conocimiento se ha permitido el desarrollo socioeconómico que hoy gozamos y de lo cual no sentimos llenos de orgullo. Ahora estamos construyendo para el mañana, estoy segura que nos recordarán como los actores principales, que enfrentaron, quizás uno de los momentos más duros que le ha tocado al mundo superar.
Tengo muy claro, que no es fácil lo que estamos viviendo, pero saldremos adelante con el trabajo profesional que cada uno de ustedes le entregan a nuestro país desde la Facultad de Educación. Así que rindo un tributo a todos ustedes, docentes y administrativos de nuestra facultad, mi eterna gratitud, porque solo con personal comprometido como ustedes saldremos adelante de esta crisis. Les aseguro que vendrán tiempos mejores, y aprenderemos a crecer como seres humanos renovados, y fortalecidos de esperanza.
Dra. Guiselle M. Garbanzo Vargas
Decana
Facultad de Educación
